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Opinando: Carlos González “¿Murió la Nación en Chile?”

Hubo en Chile una noticia que para algunos pasó desapercibida, pero para otros fue una verdadera catástrofe o bien una revolución. Todo dependerá del cristal con el que la veamos.

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Hubo en Chile una noticia que para algunos pasó desapercibida, pero para otros fue una verdadera catástrofe o bien una revolución. Todo dependerá del cristal con el que la veamos.

Hace varios meses que se comenzó a gestar en el edificio de la calle Agustinas en Santiago, frente a la plaza de la Ciudadanía, que está a su vez, frente al Palacio de la Moneda, la idea de ponerle fin a la edición impresa del diario La Nación. Creo que puedo lograr imaginarme la sorpresa para el directorio cuando se les presenta esta “descabellada” idea que echaría por tierra una historia de 94 años, iniciada por don Eliodoro Yáñez en la década de 1910.

Se practicaría la eutanasia a este ciudadano chileno que estuvo acompañando e imprimiendo nuestra nación por casi un siglo. Vivió junto a nosotros todas las bonanzas y desventuras de nuestra vida económica y republicana más reciente. En otras palabras, si en el año 2010 cumplimos 200 años de vida, La Nación nos acompañó casi la mitad del camino. Esto claramente no es algo que se pueda tomar a la rápida o de manera atarantada, sin embargo no podía ser de otra forma para un diario que navegó por aguas turbulentas desde sus inicios. Fue exitoso y fracasado, amado y odiado pero jamás ignorado.

Sin embargo e independiente al peso de la historia, los gobiernos o la tradición casi centenaria, el sentido de preservación y la visión de sus ejecutivos pudieron más y le hicieron dar este inesperado giro comercial que lo perpetuará como la primera iniciativa Hispano Americana de su tipo. Salvo un caso similar en Brasil no se tiene registro de un diario tradicional (de habla hispana) que cierre su edición en papel para migrar a una versión cien por ciento digital.

Conversando con uno de sus ejecutivos, éste me afirmaba que la idea se basó en la capacidad de apostar positivamente al inevitable futuro al que se deberán enfrentarán los diarios impresos en un corto plazo.

La gran cantidad de ejemplos en los países desarrollados son indesmentibles. La prensa escrita tiene un camino ya delineado y el proceso comenzó hace varios años. Por lo tanto, esta realidad de mercado prefirieron verla como una posición de beneficio, quedando entonces como etapa final el inevitable cierre de la imprenta.

La Nación digital ya existía, como en muchos casos se ha dado. De esta forma la apuesta está en los contenidos. Se busca una renovación y un refuerzo en las capacidades periodísticas ya existentes.

Su primer nuevo paso fue pasar de ser La Nación a Nación. Así se habla de un sentido de pertenencia y de unidad, de grupo. Su contenido se amplía y se fortalecen los nichos ya probados (publicaciones legales). Esto dará origen a políticas de venta renovadas y con fuertes alianzas que permitan jugar como un “player” moderno y vanguardista. Obviamente no se trata de Internet sino de una mirada estratégica Digital.

El norte es online y como tal, el contenido y sus versiones móviles, tablets, android, iPad, entre otras marcan la flecha de la brújula de www.nacion.cl. Es más, si los datos les importan, hoy el diario posee cuatro cierres cada hora, situación editorial que los aventaja frente a muchos de sus competidores y resalta el compromiso editorial. La postura digital debe ser de relevancia sino se transforma el proyecto en una copia de lo que ya existe. Ese es el compromiso.

La apuesta comercial se sostiene, como ya dije, en una política de ventas más agresiva con base en los productos ya probados del diario. Se pretenden fuertes alianzas que potencien la diferenciación, así como una búsqueda de nuevos consumidores y nichos que apuesten a la integralidad de los diferentes grupos. Así se vuelven interesantes por ejemplo: los circuitos “Inde” (independientes) que hacen emerger industrias como: moda, joyas, música, decoración, wellness, arquitectura, antigüedades, esoterismo, turismo alternativo, etc. Esta orientación hará despertar en los lectores una viralidad innata y muy propia de los nuevos segmentos digitales de audiencia, donde la “experiencia” está superando los tradicionales cánones de segmentación que fueron parte de la pasada década de los ’90.

Este foco y esta forma de pensar hacen que valga la pena seguir en el mundo digital. Por más de una década nos hemos nutrido de las enriquecedoras experiencias y fracasos de los países desarrollados. Hablamos con anhelo de los mercados que ya han abrazado el mundo online y que avanzan con pasos firmes en sus agendas digitales. Por lo tanto, cuando en Chile veo el empuje y la tenacidad de vencer los cánones tradicionales, estoy frente al espíritu de la nueva economía. Cierto es que habrá quienes tengan que sufrir los cambios propios del progreso, lamento aquello, pero es el precio de vivir en un período de cambios radicales.

Y agrego una frase más. El recambio generacional del que tanto se habla y tanto se anhela, no sólo se refiere a las personas, también aplica a los productos.

Carlos González García es Publicista Profesional y Diplomado en Teología de la Universidad Católica de Chile. Actualmente se encuentra trabajando en Activ@mente Chile como Head of Office & Regional Planning Director.

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