El presidente mexicano Enrique Peña Nieto, los representantes de los partidos políticos y el Consejo Rector del Pacto por México presentaron este lunes una iniciativa de reforma constitucional en materia de telecomunicaciones, que impediría que una empresa de televisión y telefonía, fija o móvil, y también de internet, tenga más de 50% del mercado nacional.
Uno de los puntos principales tiene que ver con la licitación de dos nuevas cadenas nacionales de TV abierta. Y otro es que contempla abrir al 100% la participación de inversión extranjera en telecomunicaciones y hasta 49% en radiodifusión.
El presidente Peña Nieto dividió la reforma en un ABC:
- Asegurar cobertura universal para que los servicios de televisión, radio, telefonía y datos lleguen a todo el país.
- Buenos precios y tarifas competitivas a nivel internacional.
- Calidad en el servicio y en los contenidos.
Con esto, los concesionarios de TV abierta deberán permitir la retransmisión íntegra de su señal de manera gratuita y sin discriminación. Mientras que los concesionarios de TV de paga deberán retransmitir las señales de televisión abierta sin costo.
La reforma también contempla la creación de dos órganos reguladores autónomos: la Comisión Federal de Competencia Económica y el Instituto Federal de Telecomunicaciones.
Esta iniciativa tiene que pasar por el Congreso antes de ser llevada para su ratificación a los congresos estatales.
Los empresarios con más poder en México en materia de telecomunicaciones son el hombre más rico del mundo, Carlos Slim, dueño de América Móvil, Telmex, que controla el 70% de las líneas de telefonía fija y Telcel, con el 75% de control del mercado de telefonía celular, además de los servicios de banda ancha. Emilio Azcárraga, el dueño de Televisa, y Ricardo Salinas Pliego, dueño de TV Azteca, arman un duopolio que controla el 96% del espacio de televisión.
