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El spot de un shampoo detona todo un análisis financiero feminista

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¿Qué? El spot de un shampoo detona todo un análisis financiero feminista
¿Por qué importa? Un anuncio para televisión de Pantene pone el acento en un tema que se pensaba superado: la desigualdad en el trato laboral a hombres y mujeres, inclusive en las altas esferas ejecutivas

Pantene 285x188Lucy Kellaway, una colaboradora del Financial Times, se encontró hace días ante un spot de la marca de shampoo Pantene que le llevó a repensar sobre un tema que creía superado: incluso las mujeres que ocupan cargos ejecutivos enfrentan diferencias de trato frente a sus contrapartes masculinas.

El spot publicitario de 62 segundos muestra una oficina moderna, donde hombres y mujeres hacen las mismas cosas, pero a cada uno se le dan diferentes calificativos. Así, el hombre es un “jefe”; la mujer, “mandona”. El hombre que trabaja hasta tarde es “dedicado”; la mujer, “egoísta”.

El anuncio se hizo para las Filipinas, y ahí se habría quedado si no hubiera sido notado por Sheryl Sandberg, la directora de operaciones de Facebook, quien declaró que era un ejemplo de primera categoría de “leaning in” (actitud más asertiva de mujeres en la oficina). Ahora se ha vuelto viral.

Las protagonistas del comercial tienen un cabello exquisito y encantador que sacuden con gracia, discriminando a las mujeres trabajadoras que no tienen cabello lustroso que sacudir.

“Uno podría decir que como lo que se está vendiendo es shampoo, no sería correcto mostrar personas con raíces visibles y flecos que no se pueden aplacar. Pero entonces pensé: ¿Igual que Dove utilizó mujeres de más edad y proporciones grandes para su campaña de “Belleza verdadera”, por qué Pantene no utiliza a mujeres con cabello de verdad (es decir, problemático)?”, escribe Kellaway.

Después, hizo un análisis de las mujeres de negocios más exitosas del mundo, quienes no tienen cabello problemático, o, si lo tienen, han encontrado la solución.

Por ejemplo, la última superestrella femenina corporativa: la ingeniera de Detroit de 51 años que la semana pasada se convirtió en la primera mujer en dirigir una compañía automovilística, Mary Barra, muestra en sus fotos un cabello largo, brilloso y lustroso, que le cae con gracia sobre los hombros.

Otras ejecutivas, como Angela Ahrendts tiene un cabello con luces, artísticamente rizado; y Marissa Mayer usa trenzas rubias perfectas, mientras que Indra Nooyi e Irene Rosenfeld optaron por estilos cortos y prácticos.

El lustroso cabello de Barra habla también de la inversión de tiempo para lograr ese resultado, y ese tema es otro que pone en desventaja a la mujer frente al hombre.

El tiempo es dinero. A Dan Akerson, el predecesor de Barra, le pagaban 11 millones de dólares al año, lo cual significa como 2 mil 500 dólares la hora (asumiendo que trabajaba 300 días al año y 14 horas al día). Así que el costo de secarse el cabello largo por media hora es 1 mil 250 dólares, o 250 mil dólares al año, asumiendo que se necesite secar 200 veces. Y eso no incluye la fortuna que exige el estilista.

Sin embargo, los accionistas no tienen nada que temer: el buen cabello vale cada centavo que se gasta en él.

El archirrival de Pantene, L’Oréal, ha incentivado a una generación de mujeres a que compren sus productos de belleza, enseñándoles a decir: “Porque valgo la pena”. Si Pantene se dirige ahora a las mujeres que trabajan, debía ganarle con: “Porque es tremenda inversión”.

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