Qué: Los países de América Latina invirtieron 302.000 millones de dólares en tecnologías de información
Por qué importa: Las tecnologías relacionadas con el software impulsan una innovación transformadora en la economía y en todos los aspectos de la vida moderna, entre los que está el e-commerce
Durante 2012, América Latina invirtió 302.000 millones de dólares en tecnologías de información, sector en el que Brasil casi triplica la inversión realizada por México y deja muy atrás a naciones como Argentina, Perú, Colombia y Chile, según un reporte de BSA The Software Alliance titulado ‘Impulsando la Economía Digital: Una Agenda Comercial para Promover el Crecimiento’.
Lo anterior queda de manifiesto al analizar las cifras destinadas por cada uno de los países de la región a desarrollar las Tecnologías de Información que les permiten estar a la vanguardia:
- Brasil – 147.000 millones de dólares
- México – 52.000 millones de dólares
- Argentina – 19.000 millones de dólares
- Venezuela – 18.000 millones de dólares
- Colombia – 16.000 millones de dólares
- Chile – 12.000 millones de dólares
- Perú – 8.000 millones de dólares
Las conclusiones del informe de BSA The Software Alliance, organismo que se ha convertido en un líder global en la defensa de la industria del software, llama a aprovechar las oportunidades que ofrecen las inversiones canalizadas a ese sector.
“Las normas que rigen las relaciones comerciales a nivel global no han podido mantenerse a la par de la rápida innovación en productos y servicios relacionados con el software, como la computación en la nube y el análisis de datos”, cita el estudio.
Bajo esa luz y con el propósito de frenar el avance de lo que ha sido identificado como proteccionismo digital, BSA propone una agenda comercial prospectiva basada en tres puntos:
Permitir el comercio digital
Promover la innovación
Crear condiciones de competencia equitativas para las tecnologías de la información.
“Las tecnologías relacionadas con el software impulsan una innovación transformadora en la economía y en todos los aspectos de la vida moderna. Para aprovechar al máximo los beneficios de estos avances, los gobiernos deben fomentar, en lugar de inhibir el comercio digital”, expresó Victoria Espinel, presidente y CEO de BSA, según el comunicado que acompañó al informe.
[comillas]Necesitamos normas modernas de comercio que prevengan nuevas formas de proteccionismo enfocado en las TI y asegurarnos de que la información pueda fluir libremente a través de las fronteras.[/comillas]
“Con acuerdos regionales siendo negociados en el Atlántico y el Pacífico, más conversaciones bilaterales sobre servicios y productos de TI, tenemos una oportunidad histórica para crear la agenda comercial apropiada para la era digital”.
La directiva hizo referencia a que el lograr acuerdos que reconozcan el impacto transformador del comercio digital darán poder a empresas para innovar y crecer, y “proporcionarán a los consumidores acceso a mejores productos y servicios, crearán empleos y mejorarán la calidad de vida”.
Para incentivar el comercio de productos y servicios en la era digital, BSA sugiere una agenda dividida en tres partes:
- Modernizar las normas de comercio para reflejar las realidades del comercio digital adecuándolo a los tiempos. Esto requiere facilitar el comercio de servicios innovadores como la computación en la nube, manteniendo abiertas las fronteras al libre flujo de información y evitando regulaciones sobre ubicación geográfica de servidores u otra infraestructura informática.
- Promover el proceso continuo de innovación tecnológica. Para esto, una agenda comercial debe asegurar protecciones modernas a la propiedad intelectual y fomentar el uso de normas de tecnología de cumplimiento voluntario y orientadas al mercado.
- Crear condiciones de competencia equitativa para todos los competidores. Esto requiere que los gobiernos den el ejemplo. Ellos deberían ser absolutamente transparentes al elegir la tecnología que adquieren, basando sus decisiones en si un producto cumple con sus necesidades y proporciona valor y no en el lugar de origen de dicha tecnología.
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