Qué: La decisión obedece al precio y la carga impositiva, dice la consultora KPMG.
Por qué importa: Porque se trata de un producto de alto consumo en el país, pero que fue gravado con un impuesto, el IEPS, para bebidas azucaradas con el propósito de desalentar su compra; sin embargo, los consumidores optaron por adquirir presentaciones de mayor tamaño para que tuviera un menor costo.
La aplicación del Impuesto Especial sobre Producción y Servicios (IEPS) a las bebidas azucaradas impulsó a los consumidores mexicanos a comprar refresco en presentaciones de gran tamaño, en vez de adquirir versiones pequeñas que se lanzaron después de 2015 cuando inició el gravamen, concluyó Lorenzo Gómez Morín, gerente global de estrategia de grupo de KPMG.
En México, los formatos grandes de 1 a 2 litros tuvieron un crecimiento de 13.7% en los últimos 3 años y los de más de 2 litros de 7.4%, mientras que los pequeños (menores a medio litro) apenas aumentaron 1.8%, dijo en conferencia con medios.
“Esto se debe a que en los formatos más grandes el costo por mililitro resulta menor, por lo cual los consumidores decidieron cambiar su gasto a tamaños más grandes”, dijo.
De alguna manera, como esperaba el gobierno mexicano, la aplicación del IEPS sí redujo el consumo de refresco en 0.9% en 2014, pero ese resultado solo fue temporal.
La industria ya recuperó ese porcentaje y lo sobrepasó. Según KPMG, el nivel de consumo en 2016 fue de 18,824 millones de litros, lo que representa una cifra récord. Sin embargo, el consumo per cápita apenas aumentó 0.3% anual en los últimos cinco años.
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